Causa por la Vida
Publicación Mensual
Año 13 | Número 167 OCT 2025

Unicef se dedica a pervertir a la infancia
La agencia de la ONU para los niños esconde algunos de sus programas de corrupción de menores... porque necesita el dinero para su próximo plan trianual. Ahora, a la perversión de menores le llaman derechos de la infancia.

Hispanidad.com
Eulogio López
06-09-2025

Lo explica, cómo no, Friday Fax. En Naciones Unidas está en trance de aprobación el presupuesto trianual para su firma dedicada a la infancia, es decir, Unicef.

De repente, el equipo de la directora general de la Agencia, Catherine Russell, se ha vuelto bueno. Acaba de retirar, me temo que temporalmente, distintos programas englobados en lo que podríamos llamar perversión de la infancia. Ya saben, es la triple vía de la corrupción de menores -y hasta de mayores-, uno de los fenómenos de nuestro tiempo. A saber:
1.La salud sexual y reproductiva, ese eufemismo para referirse al aborto... y nada menos que como un derecho. O sea, el derecho de una mujer a matar a su propio hijo en sus propias entrañas.

No es ninguna coña. Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS)cuando llegan a lugares de guerra o simplemente de pobreza, lo primero que hacen es empezar a repartir píldoras, esto es, abortivos químicos, entre las mujeres. Muy hábiles: muerto el perro se acabó la rabia: si no hay niños, los niños no pasan hambre. En lugar de matar el hambre matamos al candidato a hambriento.

¿Qué tiene que ver la actual ONU con la fundacional Declaración de Derechos del Hombre de 1948? Pues que hemos pasado del derecho a la vida al derecho al aborto
2.Programas sexuales basados en que existen unos 112 tipos de sexo. Es decir, al niño o niña se le dice que él puede elegir sexo, independientemente de su sexo biológico.
3.Programas para acelerar las prácticas sexuales tempranas, porque el sexo es algo muy bonito incluso para el niño, que suele estar incapacitado para disfrutar de él o, aún peor, quedar marcado por esos contactos sexuales anticipados, de corte animalesco.

Está última era la técnica favorita de los comunistas soviéticos para destruir la inocencia del niño, que es la mejor manera de destruir la psique del adulto, mente y alma.
Pues bien, Unicef está escondiendo estos programas, que lleva a cabo en los cinco continentes hasta que le aprueben el presupuesto, se supone que con la sana intención de despendolarse a renglón seguido.
La directora general de Unicef, Catherine Rusell, fue una de las principales colaboradoras de Joe Biden: ¿comprenden?
Sï, sospechaba usted bien, porque las cosas las hacen las personas y porque las cosas nunca pasan porque sí. Catherine Russell fue una de las más cercanas colaboradoras en la Casa Blanca con Joe Biden, ese católico singular que adoraba y financiaba con dinero público el aborto, el lobby homosexual, la transexualidad y... la perversión de la infancia.

Creo que Donald Trump tiene razón: ¿Y si debilitamos a la ONU a costa de reducir su presupuesto? Así, Naciones Unidas dejaría de jugar a ser un gobierno mundial, dejaría de imponer el pensamiento único global y se dedicaría a lo que siempre debió dedicarse: un foro donde los enfrentados dialoguen y un defensor de los Derechos Humanos... los de siempre, no los de segunda generación. Esto es importante, porque, por poner un ejemplo, desde 1948 a 2025 hemos pasado del derecho a la vida, el primero de todos, en 1948, al derecho al aborto en medio siglo. ¿Qué tiene que ver la actual ONU con la fundacional declaración de los Derechos del Hombre de 1948? Me temo que nada.

 

Carta abierta a los obispos católicos de la Argentina
”Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio”. Mateo 12:36
laprensa.com.ar
07-08-2025

Refrendando el inspirado mensaje del Papa León XIV sobre “la situación de los adultos mayores en el mundo”, los obispos de la República Argentina proclamaron su deseo de “construir una Argentina donde cada adulto mayor sea cuidado, valorado y amado como un verdadero tesoro”. Muy hermoso. Muy noble. Muy útil para decorar una homilía de domingo.

Pero mientras encomiendan a los santos Joaquín y Ana —abuelos de Nuestro Señor Jesucristo— que intercedan por los mayores, parece que han extraviado en algún dogmático rincón al padre Christian von Wernich, de 87 años, preso hace veintitrés. Diecisiete años atrás le correspondía la prisión domiciliaria, derecho que se esfumó como humo de incienso cuando el obispo de 9 de Julio, su propio obispo, le negó un sitio donde recluirse. Este año podría acceder a la libertad condicional, pero necesita para que se le otorgue, algo tan simple como un domicilio. Y la Iglesia Católica Argentina, con su inmenso patrimonio, no encuentra un rincón para él.

¿Dónde está el “tesoro” en este caso? ¿Bajo qué alfombra doctrinal lo han barrido? Porque ni las cartas que el P. von Wernich dirige a su obispo, Ariel Torrado Mosconi, obispo de 9 de Julio, son respondidas, ni el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encuentra un hueco para él en el asilo de sacerdotes ancianos.

Dicen que “visitar a un anciano solo es un modo de encontrarnos con Jesús que nos libera de la indiferencia y de la soledad”. Lo dijo Monseñor Bochatey. Pero hace años que ningún obispo visita al P. von Wernich en la cárcel. La única excepción, admirable por su coherencia, es el obispo castrense, Monseñor Santiago Olivera.
Y es que “cada palabra de burla o indiferencia hacia los mayores es una herida abierta a la dignidad de todos”, advirtió Monseñor Lozano. ¿Y el silencio? ¿La omisión episcopal? ¿El olvido programado? Tal vez sean heridas más profundas; heridas que no cicatrizan con comunicados ni invocaciones.

Así, mientras predican el cuidado al anciano en general, cultivan el olvido selectivo en lo particular. Loable incoherencia: se proclama el amor al prójimo… siempre que éste no incomode demasiado.

JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com

 

SOCIEDAD 
Maria Josefina Ramos es traductora pública de Inglés y periodista.

Su trayectoria periodística abarca el período 1970-1985, como analista política y cronista parlamentaria desde el Congreso Nacional para varias radioemisoras del interior del país y también para el vespertino La Razón.

En 1975, fue distinguida con una beca como periodista parlamentaria por la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas para cubrir la XXXI Asamblea General de la ONU.

Es creadora y directora de Plataforma Cero.