Año 20 | Número 241 ENE 2026
SINOPSIS
HOLA AMIGOS!
Este es el año de la Esperanza por el AÑO SANTO, que finaliza el 6 de enero próximo, no dejen de pasar por la Puerta Santa y pedir la Indulgencia Plenaria para sí o para un alma del Purgatorio.
Al mismo tiempo, demos gracias a Dios por el voto masivo de esperanza a una Argentina de progreso y libertad que recibió el 26 de Oct la LLA de los argentinos de bien, bajo la conducción de Javier Milei
Despedimos este año, con este famoso fragmento de Las Confesiones de San Agustin, reflexión del ansia de la paz de Cristo, para que en el 2026 NO haya más guerras ni hambre, sino Paz y Esperanza.
Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera,
y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era,
me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que,
si no estuviesen en ti, no existirían.
Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume, y lo aspiraré, y ahora te anhelo;
gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;
me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti.
Agustín de Hipona
Las Confesiones
Seguimos rezando por la paz del mundo, la paz en la Argentina, la paz en nuestras comunidades y la paz en nuestros corazones.
Les deseamos una muy Feliz Navidad y un estupendo 2026.
Muchas gracias por acompañarnos!
Maria Josefina Ramos y el staff de PlataformaCero
NOTAS EDITORIALES
LA HORA DE LAS AMÉRICAS
Grl Heriberto Justo Auel
15 de Octubre de 2025
“El siglo XXI no será el siglo de América ni de China, sino el de la interdependencia.”
Zbigniew Brzezinski-1928/2017.
EL CAMBIO GEOPOLÍTICO MUNDIAL EN EL SIGLO XXI.
Vivimos en estas primeras semanas de Oct 25 las graves consecuencias de una confrontación vergonzosa y dramática -en algunos aspectos-, provocada por la arremetida de quienes corporizan y representan a la compleja síntesis asociada de lo peor de nuestro reciente pasado -los remanentes revolucionarios castro comunistas, el narcoterrorismo y el globalismo- que, como fiera herida de muerte, desarrollan ataques en todos los frentes posibles y en particular contra el débil oficialismo legislativo. El Socialismo Siglo XXI -nombre actual del castrocomunismo- intenta evitar su desaparición o muerte política en las elecciones del 26 Oct 25. En el último párrafo de nuestro ensayo del pasado mes de Sep 25 (1), decíamos:
“En síntesis: la Argentina se encuentra en un momento de alta tensión política y económica y a pocas semanas de elecciones claves que deciden su futuro: o triunfa la “contrarrevolución” o regresa a la “revolución narcocastrocomunista”, con el apoyo de no pocos inconscientes “idiotas útiles”. La Argentina EN TRANSICIÓN, -parada en el umbral del siglo XXI- puede avanzar decididamente a la nueva etapa de la civilización posindustrial o regresar al OSCURO PASADO kk, bajo “Cristina libre”.
La intensidad cuantitativa y cualitativa de los bochornosos hechos preelectorales ocurridos y de los que seguramente ocurrirán en los próximos días, nos indican la necesidad de ampliar el encuadramiento situacional que nos ha llevado al umbral de lo que llamamos “La Segunda Argentina Posindustrial” (2), siempre que el electorado argentino continúe sosteniendo a la “contrarrevolución” en las próximas elecciones de medio tiempo.
Como lo señaló Brzezinski, el siglo XXI no pertenece a una sola potencia, sino a la “interdependencia estructural entre múltiples centros de poder”. La globalización ya no se traduce en homogeneidad, sino en competencia sistémica y en la coexistencia de modelos culturales y civilizatorios distintos. Al mismo tiempo la advertencia de Toynbee resuena con fuerza: las civilizaciones suelen caer por desgaste interno, antes que por agresión externa: “Toda gran cultura muere por suicidio, no por asesinato”.Occidente -particularmente en su núcleo fundacional europeo- enfrenta una grave crisis de legitimidad, fragmentación política y pérdida de identidad cultural, que limitan su capacidad de proyección estratégica. Está hoy ausente en las mesas de las grandes decisiones.
En este contexto el dominio no se define solo por el territorio o por las armas, sino -como predijo Churchill- “por la capacidad de gobernar la mente y la información”. La competencia por el poder cognitivo, la inteligencia artificial, los datos y el relato mediático, configura la nueva frontera del poder global. Los imperios del futuro son, ante todo, imperios del conocimiento. Por último, la reflexión de Eric Hoffer nos ofrece una lección estratégica central: “solo las naciones que sepan aprender, adaptarse y redefinir su visión del mundo heredarán el porvenir”.
La rigidez doctrinaria o la nostalgia por el pasado serán los verdaderos enemigos de la supervivencia geopolítica.
La humanidad asiste al fin del “orden occidental” y al nacimiento de un “incierto orden cultural y civilizatorio multipolar”, donde la geopolítica vuelve a ser el arte supremo de comprender el poder, el espacio y la cultura en movimiento.
LA EUROPA QUE NO ENTENDIÓ A TOYNBEE.
Europa fue el núcleo fundador del Occidente Cristiano y como tal, culturizó y civilizó a las Américas. Toynbee -filósofo de la Historia- observó -desde su intimidad- la caída del Imperio Británico. Vio anticipadamente el “suicidio de Europa”. Este no fue un hecho repentino ni un colapso único, sino un proceso histórico prolongado que se extendió desde la GM I -1914/1918- hasta la llegada de un “nuevo Sheriff” (3) en EE.UU., que origina la transformación geoestratégica global en curso que omite a la UE dejando a su “autodestrucción” en total evidencia.
El poder marítimo británico fue sustituido -luego de la GM II- por el poder aéreo y nuclear de EE.UU. y de la URSS -“Acta del Atlántico” de por medio- . La OTAN -1949- convirtió a Gran Bretaña en “aliado subordinado” de Washington. El Canal de Suez -1956- fue el punto de inflexión definitivo: el fracaso de la intervención británica -junto con Francia e Israel- frente a Egipto, marcó el final del papel imperial independiente. A partir de Suez Londres asumió su rol como potencia secundaria dentro del bloque occidental. Cambio su mentalidad: del Imperio a la Commonwealth. Se le promovió una transición “honorable” -la independencia de las “colonias”- formando la Commonwealth: una red voluntaria de excolonias. Fue una manera de mantener cierta influencia cultural y diplomática, aunque ya sin poder real. Pero Londres quedó como eje del “capital financiero internacional” y el resentimiento imperial se hizo “globalismo”, verdadero acelerador del suicidio europeo que ha dado lugar a la presente “batalla cultural”, con base en Washington.
Como todo cuerpo social débil -transculturizado- la UE -contractiva y resentida- regresó a la violencia de sus guerras civiles autodestructivas: provocó la guerra civil rusa/ucraniana. Nuestro Instituto -en soledad- planteó de ese modo a la nueva guerra civil europea aún en curso, frente a una desinformación generalizada que inculpaba a Rusia como “potencia agresora”. En los últimos días hemos tenido la oportunidad de escuchar a un testigo privilegiado de los hechos que comentamos, que nos permiten comprobar el acierto de nuestro posicionamiento. Se trata de una entrevista promovida por Glenn Diesen -profesor especializado en asuntos internacionales rusos, geoeconomía y Eurasia- y de Harald Kujat -General retirado que comandó a las Fuerzas Armadas Alemanas -Jefe de la Bundeswehr- y luego presidió el Comité Militar de la OTAN. -https://www.youtube.com/watch?v=e3MiU4Gw-bY- Veamos cuales son los argumentos del General Kujat:
Causa y provocación del conflicto:
Kujat rechaza la idea de que Rusia haya invadido “sin provocación”. Recuerda la “agresión terrorista” de las poblaciones de cultura rusa en el Donbás, como un componente ignorado en muchos análisis occidentales.
Crítica a Occidente, la OTAN y las narrativas dominantes:
Una parte importante de la entrevista gira en torno a cómo Occidente utiliza ciertos conceptos, por ejemplo: “invasión a gran escala”, “agresión desprovista de provocación”- con fines políticos y mediáticos. También analiza el rol que algunas potencias occidentales habrían desempeñado para obstaculizar negociaciones de paz, citando el caso del ex primer ministro británico Boris Johnson y su visita a Kiev para evitar la firma de un Acuerdo de Paz ya pactado. Asimismo habla del sabotaje a los Acuerdos de Minsk y de la dificultad de mantener un diálogo serio entre Occidente y Rusia, dada la falta de confianza acumulada.
Visión sobre la diplomacia y las negociaciones de paz:
Kujat analiza los intentos de arreglo diplomático -conversaciones en Estambul- y señala que, en su perspectiva, las partes no estaban dispuestas a ceder o negociar en serio ciertos puntos fundamentales. También subraya que los costos estratégicos de seguir el conflicto han ido escalando de forma muy significativa.
Revisión de narrativas militares y estratégicas:
Kujat cuestiona a ciertos supuestos estratégicos occidentales: la intencionalidad rusa de ocupar todo el territorio ucraniano, por ejemplo. También discute la incompatibilidad entre los compromisos de seguridad europeos, el papel de la OTAN y las ambiciones rusas, en un contexto de escalamiento verbal sistémico, que llega a la amenaza nuclear.
Esta guerra civil europea -clara manifestación de su debilidad cultural- se constituye un hito final de su larga agonía por suicidio -en términos de Toynbee- del núcleo fundador del Occidente Cristiano. No solo el poder imperial ha migrado por sobre el Atlántico, luego de la GM II. La guerra ruso/ucraniana y la llegada de Trump a Washington han trasladado a las Américas el meridiano central del Occidente Cristiano y la responsabilidad de su recuperación, imprescindible para enfrentar el desafío que plantea el resurgimiento del Oriente Asiático.
Ello fue lo que obligó a EE.UU a recuperar a Iberoamérica, prioritariamente. Rusia, con un pie en Occidente y el otro en Oriente, es el natural y actual “pivote estratégico”. La cumbre de Alaska ha precedido naturalmente a la de Trump/Xi Jinping. Con la Paz encaminada en Medio Oriente, EE.UU./China tratarán el fin de la guerra europea y este es el encuadramiento político/estratégico de la inédita alianza estratégica de Buenos Aires/Washington.
¿SE ENTIENDE CUÁL ES LA IMPORTANCIA -EN NUESTRA PATRIA- DE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES DE MEDIO TIEMPO?
LA HORA DE LAS AMÉRICAS.
La llegada de Donald J. Trump a la presidencia de los EE.UU. -en Ene 17- marcó un punto de inflexión en el sistema internacional surgido tras el fin de la Guerra Fría -1991-. Durante más de dos décadas, la hegemonía norteamericana había sostenido un orden unipolar articulado en torno a la expansión del libre comercio, las instituciones multilaterales y la proyección global del modelo liberal-democrático. Sin embargo ese consenso comenzó a resquebrajarse ante el ascenso de China, la reemergencia de Rusia, la fragmentación europea y el creciente desgaste interno de la sociedad estadounidense. En ese contexto la administración Trump inauguró un giro geoestratégico profundo, caracterizado por el retorno del realismo nacional, la revalorización de la soberanía estatal y la competencia entre grandes potencias como principios estructurantes del nuevo orden mundial.
Desde 1991 el sistema internacional se configuró bajo la égida de un “momento unipolar” -Krauthammer, 1990-, en el cual EE.UU. ejerció un liderazgo global casi incuestionado. A través de la OTAN, las instituciones financieras internacionales y la diplomacia liberal, Washington definió las reglas del comercio, la seguridad y la gobernanza global.
Pero hacia mediados de la década de 2010, este modelo comenzó a erosionarse:
La República Popular China se consolidó como potencia económica y tecnológica.
La Federación Rusa, bajo Vladimir Putin, retomó una política exterior de afirmación geopolítica.
La Unión Europea enfrentó crisis de legitimidad, soberanía y cohesión -Brexit, migraciones, populismos-.
En EE.UU. se amplió la brecha entre las élites globalizadas y las clases trabajadoras desplazadas por la desindustrialización y las guerras interminables. Este escenario preparó el terreno para un replanteo estratégico de la función de EE.UU. en el mundo con un giro geoestratégico de la Globalización al Realismo Nacional - “America First”.
Trump propuso abandonar la lógica del “orden liberal internacional” para reinstalar un realismo de poder: el Estado-Nación como unidad soberana que actúa en función de su interés nacional
Su lema “America First” sintetizó una política exterior transaccional: los compromisos multilaterales se subordinan al beneficio directo de los EE.UU.. Esto se tradujo en:
La salida del Acuerdo Transpacífico (TPP) y del Acuerdo de París -sobre el clima-.
La renegociación del NAFTA -convertido en USMCA-.
La revisión crítica del gasto militar estadounidense en apoyo a la OTAN.
Trump cuestionó la utilidad estratégica de alianzas tradicionales y presionó a Europa para aumentar su gasto en defensa. Al mismo tiempo buscó una aproximación táctica hacia Rusia, con el fin de concentrar recursos frente al verdadero competidor sistémico: China. El Documento de Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 -NSS 2017- estableció un cambio doctrinal decisivo: la “guerra contra el terrorismo” dejaba de ser el eje central de la política de defensa, reemplazada por la “competencia entre grandes potencias”. Desde entonces, Washington comenzó a delinear una arquitectura de contención del poder chino en el Indo-Pacífico, fortaleciendo alianzas como el QUAD -EE.UU., India, Japón y Australia- y el AUKUS -EE.UU., Reino Unido y Australia-. La atención estadounidense se trasladó del Atlántico al Indo-Pacífico, desplazando el centro de gravedad del poder mundial. Ello implicó una reconfiguración de la jerarquía internacional: Europa perdió relevancia relativa, mientras Asia se consolidó como el epicentro de la competencia global.
Las consecuencias sistémicas del giro fueron las siguientes:
Fin del unipolarismo: se consolida una transición hacia la multipolaridad, con la emergencia de varios polos de poder -EE.UU., China, Rusia, India, UE-.
Reaparición del pensamiento geopolítico clásico: los factores espaciales, energéticos y tecnológicos vuelven a dominar el análisis estratégico.
Fragmentación del Occidente político: Europa busca autonomía estratégica frente a la dependencia de Washington.
Transformación de la guerra: la competencia se expresa en dominios híbridos -ciberespacio, inteligencia artificial, control de cadenas tecnológicas-.
Reconfiguración institucional: proliferan organismos y bloques alternativos -BRICS+, Organización de Cooperación de Shanghái, acuerdos energéticos en monedas locales-.
Con posterioridad -2021/2025- aunque la administración Biden restauró un discurso multilateralista, la estructura del giro estratégico iniciado por Trump permaneció intacta
El enfrentamiento sistémico con China se profundizó, la guerra en Ucrania reactivó la OTAN y el sistema internacional quedó polarizado en torno a dos bloques:
el Occidente ampliado liderado por EE.UU.,
y el eje euroasiático sino-ruso con creciente influencia en el Sur Global.
El orden mundial posterior a 2017, por tanto, puede definirse como competitivo, fragmentado y tecnológicamente conflictivo, con la geoeconomía y la seguridad como ejes de poder. El giro geoestratégico inaugurado por Donald Trump significó el fin de la era globalista y el retorno del poder como categoría central de la política internacional. EE.UU. abandonó la pretensión de gobernar un orden liberal universal para defender su posición relativa en un entorno multipolar. Con ello, la geopolítica reemplazó al idealismo normativo y la rivalidad entre grandes potencias volvió a ser el motor de la historia internacional. En síntesis, desde 2017 el mundo transita una fase de reconfiguración estructural, en la que la estabilidad ya no depende de instituciones universales, sino del equilibrio dinámico entre centros de poder regionales. Este proceso -aún en curso- redefine las nociones mismas de hegemonía, soberanía y seguridad en el siglo XXI.
En la Segunda Administración Trump se reactiva la recuperación del Hemisferio Occidental y EE.UU. prioriza al “patio de atrás”. En mayo de 2024 se realizaron en el Atlántico Sur los ejercicios “Gringo-Gaucho II”, con la participación del portaviones USS George Washington y unidades de la Armada Argentina. Posteriormente un decreto presidencial argentino autorizó el ingreso de oficiales del Naval Special Warfare Command estadounidense, para entrenamientos combinados -Operación “Tridente”- en bases de Mar del Plata, Puerto Belgrano y Ushuaia durante 2025. Estos movimientos consolidan la interoperabilidad militar entre ambos países y la apertura de corredores logísticos en el Atlántico Sur, área clave para el control de rutas bioceánicas y el acceso antártico.
La dimensión política y estratégica de estas actividades combinadas están sostenidas por la afinidad ideológica entre Milei y Trump, que ha favorecido una alianza político-doctrinaria sustentada en tres pilares:
Defensa del mundo occidental y de la democracia liberal frente a regímenes autoritarios.
Rechazo del intervencionismo chino y ruso en América Latina.
Promoción de la seguridad hemisférica compartida, bajo liderazgo estadounidense.
En el plano económico Washington ha brindado a Buenos Aires respaldo financiero y diplomático en paralelo con acuerdos de cooperación en materia de energía, defensa y lucha contra el crimen organizado. El eje Ushuaia–Atlántico Sur–Antártida: La posición argentina ofrece a EE.UU. una proyección estratégica hacia el Atlántico Sur y la Antártida, espacios de creciente competencia global por recursos naturales, tránsito marítimo y posicionamiento científico. Las negociaciones sobre infraestructura logística conjunta en Ushuaia -aunque sujetas a debate interno- reflejan el interés de ambos gobiernos por establecer una presencia permanente en la zona austral. La recuperación de las Is. Malvinas es un objetivo insoslayable. El fortalecimiento del eje Washington-Buenos Aires, tiene efectos múltiples:
Reequilibrio hemisférico: consolida un polo de poder atlántico-suramericano alineado con EE.UU., en contraposición al bloque bolivariano y a la influencia extrarregional de China.
Disuasión y contención: contribuye a limitar la expansión de redes ilícitas, pero también funciona como elemento de presión sobre Caracas y La Habana.
Riesgos de soberanía: en Argentina, sectores políticos y académicos advierten sobre la posibilidad de una dependencia estratégica excesiva o cesión de espacios sensibles.
Reacciones internacionales: China, Rusia e Irán han manifestado su rechazo a la militarización creciente del hemisferio, previendo respuestas diplomáticas y operativas.
Conclusiones: La segunda presidencia de Donald Trump representa la consolidación de un nuevo orden geoestratégico hemisférico. El retorno de la doctrina de poder nacional, la proyección naval en el Caribe y la alianza preferente con Argentina constituyen manifestaciones concretas de un modelo basado en la seguridad, la disuasión y la competencia estructural entre potencias. Este proceso redefine la arquitectura del Atlántico Sur y marca el inicio de una etapa donde Iberoamérica vuelve a ser escenario de rivalidad global. Si el ciclo 2017/2021 significó la ruptura del globalismo liberal, el ciclo 2025/2029 encarna su institucionalización geoestratégica, con una Casa Blanca que ya no busca administrar un orden universal, sino asegurar su hegemonía relativa en un mundo crecientemente multipolar. En ese marco, la alianza argentino-estadounidense se perfila como uno de los vectores más significativos de la política internacional contemporánea: un punto de convergencia entre el nacionalismo estratégico norteamericano y la aspiración argentina de reposicionarse como actor relevante del Hemisferio Sur. “El siglo XXI no será el siglo de América ni de China, sino el de la interdependencia.
La revolución silenciosa de la libertad
La vieja política perdió el monopolio del relato y el pueblo eligió por la libertad.
DERECHA DIARIO
por Juan Gabriel Flores
04/11/2025
¿Y si el milagro argentino ya empezó y los únicos que no lo ven son los que viven del fracaso?
Mientras la oposición se desangra entre internas, la Argentina real -la que trabaja, produce e invierte- avanza sin mirar atrás. Las comisiones del Congreso están vacías. No hay gritos, no hay circo. Se acabaron los monólogos de la decadencia. Los que durante décadas impidieron la gobernabilidad con lágrimas, escándalos y consignas, hoy no pueden ni reunir quórum. Porque el pueblo ya eligió. Y eligió por las ideas de la libertad. En las urnas, La Libertad Avanza obtuvo un 41% contra el 24% de Fuerza Patria. Diecisiete puntos de diferencia. Más de 9,3 millones de votos en un país donde la participación bajó. No hay relato posible que tape el hecho de que la mayoría decidió dejar atrás el pasado kirchnerista. Los resultados se sienten. La inflación de octubre fue del 2%, los alimentos apenas 1,4%, y la interanual cayó por debajo del 30%.Los números matan la narrativa del miedo. Dieron por muerto a un Gobierno que logró lo que parecía imposible: domar la inflación, bajar la pobreza, reducir la deuda, eliminar el cepo y devolver el crédito. Se equivocaron de nuevo.
El mercado también habló después de las elecciones. Las acciones argentinas en Nueva York ganaron 20.000 millones de dólares, el riesgo kuka se desplomó y las tasas hipotecarias comenzaron a caer. Vuelven los créditos, y con ellos, el sueño de la casa propia vuelve a ser posible. La confianza reemplazó al miedo.
Y mientras la macroeconomía se estabiliza, el Estado también empieza a dar el ejemplo. La motosierra sigue su curso. AySA redujo el 85% de su deuda y proyecta superávit total para 2026. Aerolíneas Argentinas, usada durante años como taxi aéreo de La Cámpora, logró por primera vez en su historia dar superávit. Eficiencia, transparencia y resultados: tres palabras que el kirchnerismo ni siquiera sabe conjugar. Cada baja es una victoria contra la burocracia y el robo legalizado que el Estado practicó durante décadas. Porque la motosierra es infinita, y la sociedad ya entendió una verdad simple y poderosa: achicar el Estado es agrandar la Nación.
Por eso el sector productivo también responde: las ventas de autos aumentaron 55% en el año, la inversión en genética crece en un contexto de confianza inédita y en septiembre ingresaron 8.000 millones de dólares en inversiones, aun con el “riesgo kuka” acechando. ¿Por qué? Porque el mundo volvió a confiar en un país que, por fin, respeta las reglas del juego. En este contexto, el nuevo Congreso enfrenta su prueba más importante: aprobar la reforma laboral, la tributaria y el nuevo Código Penal. La vieja política ya no puede bloquear el cambio. La Argentina tiene la oportunidad histórica de salir del pantano del corporativismo y el clientelismo. Porque no se trata solo de economía: se trata de recuperar la moral del trabajo, el mérito y la responsabilidad.
Paradójicamente, la reforma laboral beneficiará a los mismos sindicatos que la combaten. Porque cuando baja la informalidad y crece el empleo genuino, todos ganan. Es inmoral mantener a medio país en la marginalidad mientras una élite sindical vive como nobleza parasitaria. El cambio ya no se grita. Se vive. Se ve en los números, en las inversiones, en los precios, en las caras de quienes vuelven a confiar. La revolución libertaria no necesita pancartas ni barricadas: se hace con equilibrio fiscal, mérito, orden y coraje. Y ahora, la pregunta que define esta época: ¿Querés volver al país del déficit, los privilegios y la impunidad, o seguir construyendo la nueva Argentina libre, moderna y próspera que ya empezó a caminar?
El Papa afirma que la música litúrgica no es una “banda sonora”, sino un don de Dios que eleva el ánimo
Aciprensa.com
Por Almudena Martínez-Bordiú
5-12-2025
Desde que el Papa León XIV entonó su primer Regina Coeli al finalizar su Misa de inicio de su pontificado el pasado 18 de mayo, el mundo fue testigo de la importancia que el Pontífice otorga a la música litúrgica.
Ante la sexta edición del Concierto con los Pobres, una “bella tradición” instaurada por el Papa Francisco que se celebra cada Navidad en el Vaticano, León XIV recordó a sus organizadores que la música “ha tenido siempre un papel importante en la experiencia cristiana”.
En la liturgia, en particular, destacó que el canto no es nunca una “banda sonora” o un simple fondo, sino que “está destinado a elevar el ánimo para conducirlo lo más cerca posible del misterio que se celebra”.
“Cuánto son importantes en la música el cuidado, el esfuerzo, el arte y, al final, la armonía que de ellos deriva: es verdaderamente un don precioso que Dios ha hecho a toda la humanidad”, subrayó.
El Papa invitó a que el concierto que se celebrará este sábado sea una ocasión para preparar el corazón para la Navidad y destacó que mirándolo a Él “podemos aprender a amar como Él nos ha amado; podemos descubrir que el mandamiento del amor responde a nuestras necesidades más auténticas, porque es cuando amamos que realizamos verdaderamente nuestro ser”.
Para el Santo Padre, el concierto con los pobres no es una simple muestra musical ni “un momento de solidaridad para arreglar nuestra conciencia frente a las injusticias de la sociedad”.
Se trata, explicó, de una oportunidad para recordar que la dignidad “no se mide por lo que poseen: no somos nuestros bienes ni nuestras cosas, sino hijos amados por Dios; y este mismo amor debe ser la clave de nuestro actuar hacia el prójimo”. Por eso, precisó que en este concierto “los más frágiles ocupan los primeros puestos”. “Permitidme, pues, hermanos y hermanas, una broma: ¡les ruego que canten bien mañana! Canten y toquen con arte y, sobre todo, con el corazón, porque verdaderamente la música puede representar una forma de amor”, dijo con humor el Papa León XIV.
El oficialismo arma un Congreso para controlarlo desde la minoría
Milei inicia el segundo tramo de su mandato en un escenario sin antecedentes: los gobernadores reemplazaron a los partidos y en el Parlamento hay una nueva lógica de bloques.
Laprensa.com.ar
Sergio Crivelli
29.11.2025
Después del triunfo de octubre, el presidente de la Nación puso en marcha un plan para concentrar la toma de decisiones en Karina Milei (ya cumplido) y otro para neutralizar a la oposición parlamentaria. Este último está llegando a la última fase. Su objetivo es fortalecer la gobernabilidad y, para conseguirlo, debe controlar el Poder Legislativo que le infligió peligrosas derrotas durante la campaña, generando un clima de anarquía y pesimismo que afectó negativamente la economía.
La primera fase del plan parlamentario concluyó con el cierre de las sesiones ordinarias (que se producirá formalmente hoy) sin que las Cámaras volvieran a reunirse. Durante cuatro semanas el oficialismo logró mantener alejados del recinto a los bloques opositores que hasta dentro de 10 días seguirán constituyendo una abrumadora mayoría, aunque inactiva por disposición constituiconal.
Una mayoría en la que se confundieron legisladores del kirchnerismo y la Coalición Cívica, del radicalismo y el trotskismo, del centro y la izquierda contra el enemigo común: el poder libertario. Un fenómeno nunca visto y que ratificó que la dirigencia partidaria predica credos variados, pero cultiva un interés corporativo común que se vio amenazado por la insólita ocupación de la Casa Rosada por parte de los hermanos Milei.
Durante el último mes la actividad en las comisiones fue también casi nula. Las investigadoras, la del caso Libra, por ejemplo, se deslizaron hacia la irrelevancia, delatando su carácter electoral y su único propósito de mantener vivo el escándalo para alimentar a los medios.
El hostigamiento legislativo al Gobierno fue contraproducente y LLA se impuso en octubre con holgura. El escrutinio sirvió, en especial, para medir la magnitud del desacople entre la dirigencia y los ciudadanos comunes. Una advertencia que los dirigentes siguen sin oír.
En ese aspecto, los que se coaligaron contra Milei prefirieron ignorar que ganaban un transitorio poder institucional a costa de la pérdida de identidad y de credibilidad de sus discursos. También, que abrían la puerta a los gobernadores que pasaron a ser los que se sentaron a negociar con el Gobierno la agenda legislativa.
La incertidumbre acerca de cuántos diputados tendrán el oficialismo y la oposición revela un cambio en la lógica política. Diego Santilli y Manuel Adorni no perdieron un minuto en discutir con jefes partidarios ni parlamentarios. Al día siguiente de la votación ya dialogaban públicamente con los mandatarios provinciales. Eso dispersa a la oposición y facilita las negociaciones al Ejecutivo que, además, elige a sus adversarios entre los que perdieron, no entre un Raúl Jalil (Catamarca) o un Osvaldo Jaldo (Tucumán) que controlan sus distritos.
De igual manera, Milei prefiere mantener distancia con los gobernadores de Provincias Unidas que van a ver disminuida su presencia en Diputados (ver “La ofensiva contra Pichetto”).
La Libertad Avanza cultiva algo semejante al “partido de los ganadores” organizado por Carlos Menem y Carlos Corach en los 90. Para ingresar a ese partido no pedían ficha de afiliación, sino título de propiedad de algún distrito.
Con el juego de cambio de trincheras, LLA fue neta ganadora y se acercó a la primera minoría, lo que determina cargos en comisiones, en la mesa directiva de la Cámara baja y la representación en organismos como el Consejo de la Magistratura. Pero lo central para el Gobierno es evitar que las Cámaras se salgan de control, es decir, que sesionen autoconvocadas o con una agenda que no sea la de la Casa Rosada.
Si bien esa posibilidad hoy parece lejana en Diputados, no lo parece tanto en el Senado por dos razones. La primera es que la relación de fuerzas sigue favoreciendo al kirchnerismo y en segundo término por la actitud de la presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel, que hace cada vez más ostensible su oposición al Gobierno del que fue expulsada sin miramientos.
Anteayer esa actitud quedó expuesta de manera lamentable a raíz de su intento de obstaculizar la presencia de la secretaria de la Presidencia de la Nación, Karina Milei, y de dos ministros, en la sesión preparatoria de la Cámara. El insólito episodio mostró su puerilidad política y escasez de recursos. Confirmó de paso las versiones sobre su creciente acercamiento al peronismo, que sigue constituyendo la primera minoría del cuerpo, a pesar de la derrota electoral.
El hecho adicional de que el kirchnerismo lograra impedir la incorporación de una senadora de LLA por presuntos tratos con narcotraficantes, mostró, además, que la flamante presidenta del bloque de LLA, Patricia Bullrich, tendrá que repetir su estrategia de hace unos años con el “Grupo A” en Diputados si quiere que no se le descontrole la Cámara alta.
Su trayectoria periodística abarca el período 1970-1985, como analista política y cronista parlamentaria desde el Congreso Nacional para varias radioemisoras del interior del país y también para el vespertino La Razón.
En 1975, fue distinguida con una beca como periodista parlamentaria por la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas para cubrir la XXXI Asamblea General de la ONU.
Es creadora y directora de Plataforma Cero.